Si decimos a nuestros amigos que vamos a asistir a un acto en la universidad, la mayoría de ellos visualizarán una túnica negra y un gorro colorido, o lo que es lo mismo la toga y el birrete.

Hoy en día, en el siglo XXI, siguen existiendo los actos académicos protocolarios fruto de la tradición de siglos y esencia misma de la universidad.

Estos actos tan arraigados también evolucionan en un intento de hacer participes a la sociedad a la que pertenecen de su tradición. Como ejemplo la Apertura de Curso en la Universidad de Alcalá donde una comitiva formada por más de 100 profesores doctores recorre las calles del casco histórico desde la Catedral hasta el Rectorado. Una costumbre retomada hace pocos años y que cuenta con 500 años de historia.

Por otra parte aparecen otros muchos actos sociales, igualmente universitarios, que son protagonistas de ideas innovadoras y originales. En marzo del año pasado, en la Universidad de la Laguna tuvo lugar: “Día de la Bici en la ULL”, un interesante evento que perseguía fomentar el uso de la bicicleta en el campus.Captura de pantalla 2015-01-14 a las 18.42.56

Otro ejemplo de cómo las universidades van más allá de la Apertura del Curso Académico o la investidura de Doctores Honoris Causa, es el organizado por la Universidad de Salamanca en mayo de 2014: “Batalla Grupos Musicales y I Micro Abierto Colegio de Oviedo”. Este innovador evento seleccionaba a los grupos que participarían en la VII Feria de Bienvenida.

La universidad española es una universidad moderna que se adapta a su entorno y que introduce la creatividad y el diseño en sus actos.

Aquí juegan un papel importante los profesionales encargados de organizar estos eventos. Trabajadores valientes y creativos que presentan sus proyectos e ideas a cargos académicos que afortunadamente creen en ellos y su trabajo.

De eso se trata, de evolucionar y aceptar que tradición y creatividad pueden ir de la mano y ser complementarios en una institución, hasta hace poco, arraigada en sus costumbres y con poca originalidad.

Como diría Alfred Hitchcock: Hay algo más importante que la lógica: es la imaginación.